Abuelo ojos de mar, ojos de cielo,
dueños de lo profundo y de la altura,
cual zafiros, prisiones que en su celo,
guardan la luz desde la noche oscura
Al mirarlos me encuentro en tu mirada
donde siempre y por siempre preso vivo,
yo sé que adivinaste mi llegada
al hacerme por sangre, tu cautivo
¡ Que misterio insondable el de tus ojos!
¡ Que serena quietud en tus pupilas ¡
ausente del abismo y sus abrojos
en limpios astros al mirar cintilas
En tu casa, con sueño de paloma
viven presos los años sin ausencia
de mirada infantil que al mar se asoma,
de un azul que robara su presencia.
Luego las alas sobre el agua abiertas
en búsqueda febril de nueva vida,
ave gentil que abandonó sus puertas
dejando madre y tierra en su partida
La mar ennegrecida por el llanto,
diamantes que a la tierra humedecieron
sembraron en tu pecho un nuevo canto
y tierra, sol y mar, te despidieron
¿ Que emociones brutales te acosaron
mirando en lontananza el caserio?
¿ De tormenta tus ojos se Inundaron?
¿ Hubo galerna en tu partir sombrío ?
Trajiste la nobleza del buen vino
decantado en la sangre del ancestro;
una estela en las olas el camino
y en los labios la fé del Padrenuestro
Hoy sueño adivinarte en el desierto
en silencio de cardos y de espinas
angustia de soñar el Viejo Puerto,
tus silentes montañas, tus encinas.
En ni pecho la sangre de los vascos
nostalgia de no verte el alma aferra,
por buscar entre bosques y peñascos
azul de tu mirada en esta tierra.