A FRANCISCO ARTOLOZAGA NORIEGA

EN EL DIA DE SU NACIMIENTO

Dedico el presente álbum no al núcleo de carne sonrosada que se debate y llora y balbucea, aprisionado por el cúmulo de ropa que ahoga sentimiento y expresión, dedico este álbum al adulto, al “ser” que en la plenitud de sus facultades tiene por hogar el cosmos, con limite el infinito y por anhelo la inmortalidad.

Pocas misiones tan difíciles poder forjar la norma que paute una vida y no es tu padre quien osado acometa una empresa en la cual han fracasado los más ilustres talentos, los más preclaros filósofos, los humanistas más profundos. Trato solo de señalar los rudimentos, los principios fundamentales, no del éxito en la vida, si no de algo más profundo, el deber en la misma.

Puedes decir que a tu nacimiento concurrieron todas y cada una de las hadas madrinas de los cuentos; porque aunque aparentemente tu fortuna es poca, ha venido contigo un bajel de tesoros que constituyen tu caudal.

No naciste príncipe y esto sería una tragedia si no hubieras nacido rey. Los de tu especie reinan en la Creación.

No tienes los diamantes tras los cuales corren desaladas las generaciones de una era materialista, pero tienes algo más duro, más valioso que la iridiscente piedra: ¡voluntad!

No vinieron en tu bajel las verdes esmeraldas de las leyendas orientales pero en cambio tu equipaje es rico en algo más que gemas. Soberbio espacio: ¡Idea!.

No posees el oro pero el oro nada es si se compara a la energía.

Perlas tampoco. Valen mucho menos que la constancia.

Granates, rubíes, aguas marinas, zafiros, monedas, etc, etc, insignificantes baratijas que nada significan hay algo mas valioso ¡ambición!

No son tuyos los bienes materiales y careces de aquellos que natura prodiga a los privilegiados,
¿Te está vedado el crear lo bello y es imposible que plasmes tu sentimiento en el lienzo las cuartillas o el papel pautado? ¡ nada hay más grande ni más bello que la bondad!.

¿La fortuna te es adversa, vives la tragedia de los obscuros, los que pasamos por la vida callada, modestamente? Entonces disipa las tinieblas que te rodean con la inefable luz de la nobleza.

¿No eres feliz, te sientes defraudado, incomprendido, eres combatido sin descanso, tus más caras ilusiones se desvanecen? Olvídate del “yo” personalista y haz tuya la inmensa, la inefable, la legitima satisfacción del deber cumplido.

Convendrás conmigo en que no es poca la fortuna tuya. Usa de tu tesoro inteligentemente: Que tu voluntad sea inquebrantable, tu idea avanzada, tu energía inmensa, tu ambición noble, tu bondad discreta y tu nobleza digna.

Pero lo más preciado, lo que debe ser tuyo siempre, es la legitima, la inmensa satisfacción del deber cumplido, es ésta la positiva felicidad, y constituye la razón de la vida.

Aunque débil y tierna desde ahora empuña tu mano ese cetro del mundo formado por el haz de atributos que enumero; eres hombre y Pasteur, Bolívar, Colón, Dante, Francisco de Asís y Cristo, fueron hombres.

Tu padre Francisco Artolózaga Hermosillo
San Luis Potosí, oct 24 1940